El yogur es el resultado de la fermentación de la leche gracias a unas bacterias lácticas, cuyo trabajo es devorar la lactosa de la leche y sintetizarla en forma de ácido láctico. Este ácido láctico es el que le da al yogur ese sabor característico ácido, y además provoca que la leche se cuaje. La acidez final de un yogur depende del tiempo de fermentación, de la cantidad de bacterias que se añaden al preparado y de la temperatura de fermentación. Las bacterias comienzan su trabajo en el momento que las añadimos a la leche. La actividad de las bacterias aumenta si la leche está a una temperatura templada, unos 43ºC, y hay que tener en cuenta que por encima de los 50ºC se mueren. Cuánto más tiempo estén fermentando a una temperatura óptima, más lactosa devorarán, más ácido láctico producirán y más se reproducirán. Por tanto, a mayor tiempo de fermentación, mayor acidez y más cuajado estará el yogur.
- Calentar 1 litro de leche entera o semidesnatada y retirar del fuego justo antes de que empiece a hervir; dejar templar. Agregar 1 yogur natural (o 5 grs. de fermento liofilizado) a medio litro de leche y mezclar bien; agregar el otro ½ litro de leche y volver a mezclar. Repartir en los tarros de la yogurtera sin taparlos para que tengan más textura, y dejar fermentar durante 8-10 horas. Es importante no mover la yogurtera durante este tiempo. A mayor tiempo de fermentación también será mayor el grado de acidez del yogur. Si se quiere más sólido, se pueden agregar espesantes como leche en polvo desnatada (4 cuch.) o agar agar. Si se quieren endulzar, calentar la leche con 4 cuch. de azúcar o 2 gr. de stevia.
Una vez que el yogur ha cuajado, tapar los tarros y dejar en la nevera durante 4 horas antes de consumir. Reservar uno de los yogures sin añadir ningún espesante
ni endulzante para volver a hacer más yogures. Se conservan en la nevera
durante 7-10 días.
- Griego: es un yogur más cremoso; hacer igual pero con 800 ml. de leche entera y 200 ml. de nata líquida, y luego colar el yogur en un colador de tela, descartando el suero que suelta, dejándolo en la nevera mientras tanto (cuantas más horas, más suero suelta).
- De vainilla: hervir la leche con 1-2 vainas de vainilla abierta o con 2 cuch. de esencia de vainilla líquida.
- De leche merengada: hervir la leche con canela y cáscara de limón, y luego colarla.
- De chocolate: deshacer 150 grs. de chocolate en la leche mientras se calienta.
- De sirope: añadir sirope de chocolate o de fresa cuando se añade el yogur a la leche.
- De mermelada: poner 1-2 cuch. de mermelada del sabor que se quiera en cada vasito antes de añadir la leche.
En la empresa
Kefiralia podéis adquirir distintos probióticos como kéfir de leche o de agua, kombucha (té de kéfir), fermentos para realizar otros tipos de yogures (búlgaro, griego, viili...), e incluso la yogurtera.