- Dorar en una cacerola con aceite los huesos de 1 pollo de corral; añadir 1 puerro, 3 zanahorias troceadas y unas ramas de perejil. Saltear todo junto, cubrir con agua, añadir sal y dejar cocer media hora a fuego suave.
- Salpimentar el pollo troceado (sin huesos ni piel), enharinar y dorar en un chorro de aceite sacudiendo el exceso de harina. Retirar sobre papel de cocina.
- En el mismo aceite, pochar 2 cebollas medianas y 1 diente de ajo, todo picado. Añadir 2 cuch de almendra molida y ½ vaso de vino blanco. Cuando se evapore el alcohol, añadir 1 hoja de laurel, unas hebras de azafrán y el pollo reservado. Cubrir con el caldo de pollo reservado y colado, y dejar cocer a fuego suave unos 40 minutos.
- Cocer 2 huevos y separar claras y yemas.
- Cuando el pollo esté cocido, añadir las yemas machacadas.
- Dorar un puñado de almendras laminadas con una gota de aceite; retirar en cuanto se doren.
- Servir el pollo, con las claras picadas y las almendras doradas.
Todo un clasico que esta buenisimo, para mojar pan sin parar, bssss
ResponderEliminarAhora, después de tanta comilona de platos elaborados se apetecen recetas de las de toda la vida como este delicioso pollo. Un plato de lujo.
ResponderEliminarUn besito desde Las Palmas y feliz semana!
Una salsita que invita a mojar pan.
ResponderEliminarHola Angie, este pollo te ha quedado espectacular, la salsa me encanta con las almendras que le dan mucha textura al guiso. bsts guapa
ResponderEliminarA estas alturas ya sabes que el pollo me encanta... pero ¿te puedes creer que nunca lo he probado en pepitoria? Me llevo la receta :)
ResponderEliminarUn estupendo guiso que con estos fríos apetece mucho. Un besazo.
ResponderEliminar