Como casi todos los platos con nombre propio, su origen es incierto y hay diferentes versiones como es el caso de esta riquísima receta francesa. Veamos:
"La historia más difundida sobre el origen de la crêpe suzette cuenta que el Príncipe de Gales, que solía pasar los inviernos en Montecarlo, un día en compañía de un grupo de personas fueron a comer. Mientras el maitre preparaba las crêpes para el postre, se derramó e incendió por descuido el licor de mandarina que había cerca. El asustado maitre probó el resultado y tenía buen sabor, por lo que las sirvió dobladas dos veces y las presentó como nueva creación; el Príncipe de Gales quedó entusiasmado y aunque el maitre las bautizó como "Crêpe Princesse", el príncipe decidió que se llamaran en honor de la niña de uno de los acompañantes, cuyo nombre supuestamente era Suzette. Esta historia en realidad sólo aclara el origen del flameado. La discrepancia radica en quién fue el maitre que se equivocó y dio origen a tan famoso plato. El chef del multimillonario Rockefeller en los Estados Unidos, Henri Charpentier, se atribuyó ser el maitre que se equivocó y creó accidentalmente la crêpe Suzette en 1896; esto ha sido refutado por muchos, inclusive la respetable publicación "Larousse Gastronomique" tiene serias dudas respecto a su autoría, alegando que para esa fecha Charpentier no tenía la edad suficiente (tenía 16 años) como para ser el jefe de la brigada de mesoneros que sirvió al príncipe. Lo que sí es un hecho cierto fue que él introdujo en Estados Unidos la moda por la crêpe Suzette. Auguste Escoffier es el primero en referirse a la receta en sus libros (pero tampoco se le atribuye la creación) y no hace mención de su creador; él usaba jugo de mandarina y Curaçao para aderezar la mezcla de crêpe y mantequilla derretida y azúcar. Léon Daudet (1929), habla de las crêpes llamadas Suzette que alrededor de 1898 era una de las especialidades del Restaurante Maire, aunque éstas eran hechas con mermelada y perfumadas con aguardiente. Otra opción atribuye el origen del nombre al señor Joseph, cocinero del restaurante parisino Le Marivaux. En 1897, el restaurante suministraba diariamente unas crêpes a la Comédie-Française para una función en la que actuaba la famosa actriz Suzanne Reichenberg. La nueva receta de crêpes habría sido nombrada en su honor, dado que Suzette es el diminutivo de Suzanne."
"La historia más difundida sobre el origen de la crêpe suzette cuenta que el Príncipe de Gales, que solía pasar los inviernos en Montecarlo, un día en compañía de un grupo de personas fueron a comer. Mientras el maitre preparaba las crêpes para el postre, se derramó e incendió por descuido el licor de mandarina que había cerca. El asustado maitre probó el resultado y tenía buen sabor, por lo que las sirvió dobladas dos veces y las presentó como nueva creación; el Príncipe de Gales quedó entusiasmado y aunque el maitre las bautizó como "Crêpe Princesse", el príncipe decidió que se llamaran en honor de la niña de uno de los acompañantes, cuyo nombre supuestamente era Suzette. Esta historia en realidad sólo aclara el origen del flameado. La discrepancia radica en quién fue el maitre que se equivocó y dio origen a tan famoso plato. El chef del multimillonario Rockefeller en los Estados Unidos, Henri Charpentier, se atribuyó ser el maitre que se equivocó y creó accidentalmente la crêpe Suzette en 1896; esto ha sido refutado por muchos, inclusive la respetable publicación "Larousse Gastronomique" tiene serias dudas respecto a su autoría, alegando que para esa fecha Charpentier no tenía la edad suficiente (tenía 16 años) como para ser el jefe de la brigada de mesoneros que sirvió al príncipe. Lo que sí es un hecho cierto fue que él introdujo en Estados Unidos la moda por la crêpe Suzette. Auguste Escoffier es el primero en referirse a la receta en sus libros (pero tampoco se le atribuye la creación) y no hace mención de su creador; él usaba jugo de mandarina y Curaçao para aderezar la mezcla de crêpe y mantequilla derretida y azúcar. Léon Daudet (1929), habla de las crêpes llamadas Suzette que alrededor de 1898 era una de las especialidades del Restaurante Maire, aunque éstas eran hechas con mermelada y perfumadas con aguardiente. Otra opción atribuye el origen del nombre al señor Joseph, cocinero del restaurante parisino Le Marivaux. En 1897, el restaurante suministraba diariamente unas crêpes a la Comédie-Française para una función en la que actuaba la famosa actriz Suzanne Reichenberg. La nueva receta de crêpes habría sido nombrada en su honor, dado que Suzette es el diminutivo de Suzanne."
- Preparar las crêpes batiendo 250 grs. de harina, 3 huevos, 200 ml. de leche, 100 ml. de agua y 50 grs. de mantequilla fundida. Batir todo junto y refrigerar media hora.
- Hacer las crepes en una sartén, pincelando con mantequilla, que queden finitas. Reservar.
- En una sartén, calentar 125 grs. de mantequilla, 125 grs. de azúcar glas, la ralladura de una naranja, 185 ml. de zumo de naranja y 3 cuch. de licor de naranja (Grand Marnier o Cointreau). Calentar dos minutos y añadir las crepes de una en una, primero extendidas, y luego ir doblándolas en cuatro. Añadir 2 cuch. de brandy y flambear. Incorporar la piel de una naranja cortada en tiritas, dar un hervor más y servir inmediatamente.
Me encantan estas crepes!! y gracias por la historia, que no la conocía.
ResponderEliminarbesos
Una historia curiosa e interesanta y unas crepes que quitan el sentido.
ResponderEliminarBesinos preciosa
Que delicia de crêpes Angie, me encantan.
ResponderEliminarBesos
Angie, cualquier cosa con naranja esta exquisita, soy una forofa de las naranjas y mientras hay en el mercado las consumo, en ensaladas, en desayunos y por supuesto como tu has hecho en postres.
ResponderEliminar¡¡ Que rico y buenísimo postre ¡¡¡ te han quedado de lujo estos creps.
Yo he cambiado ahora la leche por zumo de naranja en mis bizcochos y magdalenas, prueba y veras que delicia.
Espero que disfrutes de esta Semana Santa.
Bsss desde Almeria.
vaya color que tienen esos crepes!! me llevo un par!! un beso....
ResponderEliminarQue bien te han quedado!
ResponderEliminarMe encantan Angie, fabulosos!!!
ResponderEliminarFáciles de hacer y una auténtica delicia!!!
Las comí una vez y me gustaron ,por aquí hacemos algo parecido los frixuelos y los comemos rellenos de crema ,manzana etc.Ahora que has puesto la receta las haré .besinos
ResponderEliminarTe han quedado fabulosas y seguro que estan de muerte relenta.
ResponderEliminarMe ha encantado conocer la historia de su origen.
Bicos mil y feliz domingo potita miaa.
una presentación guapísima! y el sabor también debe ser estupendo. Un abrazo.
ResponderEliminarMmmmmmmmmmm, que tentación, son una delicia!!!! buenisimos!!!!
ResponderEliminarRecuerdo haberlas tomado en París uy son una pasada, sobre todo me gustan si se nota el sabor de la naranja!
ResponderEliminarBsitos :)
Hola Angie, he oído hablar de ellos pero no los he probado jamás, la verdad es que te han quedado como para no perderselos. Un beso enorme y feliz semana santa.
ResponderEliminarlos crepes me encantan y esta receta ummmm, que rica.
ResponderEliminar¡Qué ricos que tienen que estar! El aspecto es delicioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Angie
ResponderEliminarQue buenos !!! Me encantan, son uno de mis postres preferidos.
En el restaurante Rafa en Madrid los hacen espectaculares, pero no llegan a los tuyos, jaja
Bss
Patricia
Angie, me llevo una, me encantan, bssss.sefa
ResponderEliminarEstos los probé cuando estove en Francia y me encantaron, y ya sabes que adoro saber la historia de algunos platos, muy interesante. Me has dado ganas de hacerlos en casa, me quedo la receta!
ResponderEliminarMuy buena esta receta!!
ResponderEliminarMe a gustado mucho
Un besito
Te han quedado unos crepes de cine, con ese toque de naranja tienen que ser deliciosos, Besicos
ResponderEliminarTe han quedado de lujo!!!!
ResponderEliminarCon ese toque a naranja deben estar deliciosos!!
besitos y feliz semana
pues me encantan estas recetas con historias y te han quedado geniales angie un besazo
ResponderEliminar¡Uhmmm, cómo me gustan estas crepes!
ResponderEliminarTe han quedado de lujo y con la naranja, ¡una delicia!
Besos y feliz semana.
Que maravilla conocer esta historia, los crêpes están espectaculares y con la naranja el sabor seguro estupendo,
ResponderEliminarAngie una hermosa presentación.
Qué buenísimos tienen que estar, Angie.
ResponderEliminarUn besote, guapa.
HOLA ANGIE, COMO TANTAS RECETAS, CUANDO OBTIENEN FAMA, TODOS QUIEREN SER LOS AUTORES. UNA DELICIA EN TODO CASO. BESITOS
ResponderEliminarMuy interesante la historia, no la conocía. Los crepes me gustan de todas formas, estos tuyos se comen con los ojos, lástima que la pantalla no jeje. Un besico y buena Semana Santa!.
ResponderEliminarcon el sabor a naranja tiene q estar buenísimos,nunca los probe
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