Este plato fue una receta extraña, porque mariné el pollo con idea de hacerle una salsa tailandesa, y por falta de ingredientes, hice otra salsa totalmente distinta. El resultado fue sorprendente y buenísimo. Hay errores que resultan ser triunfos. Espero que os guste.
- Marinar durante una hora en un bol, 1 pechuga de pollo troceada con 2 cuch. de aceite de girasol, 1 cuch. de aceite de sésamo y el zumo de ½ lima. Salpimentar.
- Pasado el tiempo, ensartar los trocitos de pollo con los pinchos para brochetas, previamente aceitados. Reservar.
- Salsa de cilantro: disolver 1 cdta. de harina de maiz con 1 cuch. de agua; añadir 1 yogur griego, 2 cuch. de nata líquida, el zumo de ½ lima, sal, pimienta y 2 ramitas de cilantro fresco picado.
- Calentar en un cazo un vaso de caldo de pollo, espolvorear con ajo molido y dejar hervir. Añadir 1 cdta. de concentrado de tomate y la mezcla de yogur. Dejar cocer suave mientras se doran las brochetas en una plancha con un chorrito de aceite. Servir con la salsa y espolvorear con más cilantro picado.